Somos TOR

LUCHAMOS POR ESTABLECER UNA SOCIEDAD SIN CLASES SOCIALES, DONDE NO HAYA EXPLOTACIÓN NI OPRESIÓN DE UNOS SOBRE OTROS, DONDE NADIE SE ENRIQUEZCA A COSTA DEL TRABAJO AJENO, DONDE LA OPULENCIA DE UNOS POCOS NO SEA LA POBREZA DE CASI TODOS.

Donde hombres y mujeres podamos desarrollarnos plenamente. Es decir, somos una organización anticapitalista. Para ser congruente con el anticapitalismo, nuestra práctica política asume la tarea de construir alternativas desde hoy.

La transformación social comienza ya, desde nuestros espacios de desarrollo, la lucha no puede posponerse, la construcción de las mejores condiciones para el triunfo es tarea de todos los que sufrimos este sistema que sólo ofrece muerte y destrucción. La lucha es la destrucción de lo viejo y del sistema de dominación actual, pero es también la construcción de lo nuevo, de colectividades, herramientas y espacios que desde hoy nos permitan avanzar.

Para desarrollarse, ésta práctica política requiere de estudiar y de aprender, de formarnos teóricamente, entendiendo que este conocimiento sólo puede ser verdadero si parte de la lucha misma y se construye desde la colectividad. Nos esforzamos por conocer lo que no queremos, por conocer al enemigo, por dar cuenta de las formas en que el dinero y el capital rigen nuestras vidas, pero también nos esforzamos por conocer y aprender de los amigos, por dar cuenta de las formas en que los que luchan, resisten y construyen alternativas radicalmente distintas y en oposición a lo que nos impone el capital desde el Estado. Conociendo lo que no queremos y aprendiendo de quienes luchan, nuestra tarea es imaginar, proyectar y construir aquello que sí queremos.

Defendemos nuestra independencia frente a toda organización política burguesa, somos independientes de los dueños del poder y del dinero, de todos los partidos electoreros, incluidos los que se maquillan de izquierda, salvaguardamos nuestra independencia política de toda organización parásita del pueblo trabajador. Pensamos que la construcción de otra sociedad debe comenzar desde abajo, construyendo junto a quienes, como nosotros, sufren la explotación, la represión y el despojo, y excluyendo a quienes, desde arriba, nos avientan sus migajas o a sus represores, intentando comprarnos o atemorizarnos para mantener sus privilegios.