Número 29, Año 6, febrero, 2019
El 23 de febrero es la fecha marcada por parte de Guaidó, el autoproclamado “presidente encargado” de Venezuela, para ingresar la llamada ayuda humanitaria a Venezuela. Mucho se ha dicho al respecto en los medios masivos de comunicación, casi a diario vemos notas en los más disimiles medios impresos y televisivos, aunque vale la pena observar que en su inmensa mayoría se trata de un copia y pega de los cables firmados por la AP, AFP, Reuters o CNN, los principales monopolios de la información a nivel global. Por ahora sólo comentemos algunas cosas respecto a eso de la ayuda humanitaria.
Antes que nada usemos el sentido común, que como dicen por ahí, suele ser el menos común de los sentidos en tiempos de dominación cultural y de tanta porquería y desinformación rondando las redes y el espectro electromagnético. Alguien acaso cree que el gobierno de los Estados Unidos, encaprichados con hacer un muro en su frontera sur, encabezado por un personaje como Trump, dominado por un grupo de asesinos que declaran la guerra a cualquier país del mundo desde hace siglos, responsable de golpes de Estado a lo largo y ancho del mundo, le interesa realmente el bienestar del pueblo venezolano. Por un minuto dudemos de las buenas intenciones de la USAID y demás agencias del gobierno gringo, por un minuto supongamos que todo el discurso alrededor de la crisis humanitaria y la ayuda es sólo una forma para justificar la intervención económica, política y militar en los asuntos venezolanos.
Siendo claros, los asesinos y empresarios burgueses que gobiernan los EEUU están encaprichados con Venezuela, nada dicen de las crisis sociales y humanitarias que se despliegan a diario en las más diversas geografías del capitalismo global. Nada sobre los regímenes autoritarios de medio oriente, como Arabia Saudita, buen amigo de los EEUU, donde las mujeres no existen como sujetos de derecho; nada sobre la crisis social en Haití, país donde los EEUU intervinieron en el 2004; nada sobre los asesinatos de dirigentes populares en Colombia a manos del gobierno progringo de Duque; nada sobre la destrucción de países enteros como Siria, Irak o Afganistán gracias a las intervenciones humanitarias de los EEUU. Parece que no ven más allá de la cuenca del Orinoco en tierras venezolanas, y de las enormes reservas de gas y petróleo que tiene el hermano país sudamericano.
La ayuda humanitaria que pretende entrar en Venezuela el 23 y 24 de este mes, no es ni ayuda ni es humanitaria, parece más una parte de la estrategia de guerra a la que han sometido al pueblo venezolano. No por nada los diversos “centros de acopio” asemejan más puntos estratégicos de un cerco militar, al noroccidente en la frontera con Colombia el centro de acopio de Cúcuta, al sureste el de Roraima en Brasil, y al norte la isla de Curazao. Nadie les cree que esa ayuda humanitaria sea tal, ni la ONU ni la Cruz Roja participarán en este montaje para agredir al pueblo venezolano. Si quieren ayudar dejen de agredir, levanten el bloqueo económico y financiero sobre Venezuela, dejen de conspirar y meterse donde no les llaman.
A nosotros, acá en México, nos toca informarnos, no quedarnos con lo primero que vemos en la TV o en las redes, nos toca solidarizarnos con el pueblo venezolano que ha elegido un camino de lucha antimperialista y de defensa de su soberanía, nos queda aprender de sus errores y aciertos, y sobre todo nos queda exigir, por los medios que podamos, a los EEUU que no causen más muerte y violencia en tierras latinoamericanas.
¡No a la Guerra contra Venezuela!
¡Fuera Yanquis de América Latina!