¡Al imperialismo, ni un tantito así!

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Número 32, Año 6, mayo, 2019

En las últimas semanas, dos geografías se vuelven nuestro foco de atención. Venezuela y Palestina destacan en los titulares de la prensa internacional por ser los escenarios en donde la lucha de los pueblos por su liberación se expresa de distintas maneras, pero con la misma determinación de resistir y vencer al imperialismo que se impone de distintas formas según la geografía.

Nuevamente Venezuela es objeto de un amago de agresión por parte de Estados Unidos a través de sus representantes en el país: Guaidó y la derecha venezolana. Desde inicios de este año comenzó el hostigamiento desde la Casa Blanca con declaraciones que apuntan a debilitar al gobierno de Nicolás Maduro frente a la opinión internacional y la necesidad de un nuevo gobierno “liberador”.

Lo que hasta la fecha podemos ver en los medios de comunicación es una campaña articulada mundialmente a través de los principales grupos de medios de comunicación y esto solo lo podemos entender si enmarcamos los acontecimientos en el desarrollo de una estrategia de guerra de cuarta o quinta generación en donde la acción militar es el último recurso y el menos deseado.

Esta guerra tiene por principal objetivo debilitar la fuerza social del adversario y aislarlo. Todos los artilugios que permiten los sistemas democráticos son echados a andar, un ejemplo increíbles (por lo absurdo y grotesco de su desarrollo) es la unción de Juan Guaido como legitimo presidente de Venezuela. Sobre sus vínculos estrechos con la casa blanca y con la CIA ya se ha documentado suficiente. Lo que quizá vale recordar y tener muy presente son las razones de fondo de la crisis a la que ha sido expuesto este hermano país.

Venezuela desde 1998 decidió tomar el camino de la soberanía y la emancipación nacional y para ello se dedicó a construir junto a países latinoamericanos aliados un campo de oposición efectiva al imperialismo. Esto no se lo perdonará  EEUU jamás. Sin embargo, a lo largo de casi 20 años es junto con Cuba y Bolivia hoy por hoy el bloque latinoamericano antiimperialista más importante del continente. Imponer su soberanía frente a EUUE le permitió despojarse de la tutela norteamericana y poder entablar relaciones con otros países no alineados a los intereses gringos.

Aunado a lo anterior, Venezuela posee la reserva petrolera más grande del mundo y según datos del departamento de estado norteamericano, el petróleo del mundo tiene un límite de no más de 50 años. Para EEUU es muy importante apoderarse de esta reserva pues les garantizará seguir manteniendo cierto dominio y poderío militar al menos por ese tiempo. Del otro lado del mundo, el pueblo palestino sigue resistiendo el despojo y la guerra que les ha impuesto el representante de la política estadounidense en medio oriente: Israel.

Un día después de conmemorar un año más del inicio de la resistencia palestina contra la ocupación Israelí y norteamericana, la frontera de Gaza fue bombardeada como represalia a supuestas acciones militares de Hamás hacia territorio israelí, cosa que el mismo grupo de liberación de palestina desmintió.

Un poco de memoria: el 14 de mayo de 1947 da inicio la Nakba o catástrofe para el pueblo palestino, pues EEUU impone de manera oficial el Estado Israelí, “liberándolo” de la dominación británica. Curiosamente fue la corona británico la que, a lo largo de 20 años ya promovía la implantación de colonias sionistas en territorio palestino. En la implantación e imposición del Estado Israelí ha jugado un papel muy importante la violencia y la política de exterminio. Sistemáticamente se han masacrado a colonias palestinas enteras, además de la destrucción sistemática de casas y edificios. La catástrofe o nakba palestina, después de 71 años es uno de los ejemplos más despiadados de la política imperialista a nivel mundial.

Venezuela y Palestina, dos geografías ahora hermanadas por su lucha contra el imperialismo. La una, hostigada sistemáticamente para que se arrodille al capitalismo neoliberal comandado por EEUU; la otra despojada y asesinada por una de las potencias militares y nucleares mas poderosas en medio oriente y apoyada por los estados unidos. Los pueblos de ambas naciones, nos muestran cada día su voluntad de luchar y resistir la voracidad del capitalismo imperialista representado por EEUU e Israel. Nos recuerdan, como lo hiciera el Che Guevara hace mas de 50 años, que al imperialismo no hay que darle la más mínima de las oportunidades de avanzar, ni un tantito así, ¡nada! Hoy junto a ellos reafirmamos el derecho de los pueblos a la libre determinación y a la libre elección de su destino.