Número 32, Año 6, mayo, 2019
¿Fuiste a la marcha fifí? ¿Te burlaste de su mala ortografía o sólo la viste pasar de lejos por redes sociales o la TV? La marcha del 5 de mayo de este año que bajo la consigna #AMLOrenuncia convocaron algunos de los sectores que más se enriquecen a costa de la mayoría de las y los mexicanos, debería llamar nuestra atención, básicamente porque con esas marchas, ellos, los Fox y los Calderón, pero también los empresarios y burgueses que están detrás, pretenden quitarnos las banderas e imponernos sus consignas a quienes abajo vivimos y abajo seguimos aún en tiempos de la 4t; a quienes buscamos mejorar nuestra vida y para ello sabemos que debemos protestar, pero también organizarnos y luchar. Sus consignas, mal o bien escritas en sus mantas y lonas, no son las nuestras. A diferencia de los Fox, los Calderón o los fifís del Consejo Mexicano de Negocios o la Coparmex, nuestras críticas al gobierno en turno, no son sólo, ni fundamentalmente por lo que la 4T dice, piensa o cree que es, sino sobre todo por lo que hace.
La diferencia entre el dicho y el hecho siempre es relativa, los seres humanos somos una relación constante, difícil y contradictoria entre lo que imaginariamente somos, lo que creemos de nosotros mismos por un lado, y por el otro, lo que hacemos y practicamos en la vida diaria o en la acción política. Puesto de otra forma, la realidad humana, tanto individual, pero sobretodo colectiva, es siempre la unidad entre lo imaginario y lo material, entre lo que pensamos y decimos, entre lo que creemos y hacemos.
Si bien la #4T dice que acabó con el neoliberalismo, o cree ser una transformación radical de la vida pública, o anuncia a los cuatro vientos que es la continuidad de las luchas populares por la liberación de México, o afirma que mantendrá una política independiente de los eeuu, o desenvaina discursos mañaneros contra fifís y (algunos) ricos de este país, o declara que acabará con la corrupción en Pemex y en el gobierno en general, o amenaza a los gasolineros, etc. Más allá de que algunos de estos dichos o creencias sean más o menos ciertas, incluso aunque algunas de estas cosas se puedan cumplir con el paso del tiempo, nosotros acá abajo no podemos dejar de ver lo fundamental: lo que se hace, la práctica política de la 4T.
Si en lo imaginario la 4T le da todo al pueblo, lo reivindica cuando reivindica a los pobres y lo llama a luchar y a transformar su realidad, en su práctica política y de gobierno el régimen de la 4T le quita al pueblo lo que en el discurso le ha dado, busca quitarle su independencia para organizarse y construir una vida digna, pretende despojarlo de sus riquezas, intenta arrebatarle sus capacidades de lucha, lo hace a un lado para poner en el centro lo que realmente le importa: no la transformación, sino la continuidad y mantenimiento del régimen capitalista neoliberal, el mismo que hemos sufrido los mexicanos hace décadas.
Esta diferencia entre lo que dice y lo que hace la 4 T trae riesgos importantes, nos puede confundir y arrastrar a posiciones que no son las nuestras y a tomar banderas que no corresponden con nuestros intereses. Sabemos que cumplir todas las promesas que hicieron en campaña es difícil, en muchos casos imposible en el corto o mediano plazo. Lo que en décadas se ha destruido no podría de la noche a la mañana reconstruirse, el pueblo sabe ser paciente y sabe los tiempos de la lucha, nunca nada nos ha sido sencillo, a diario nos esforzamos, por ello lo que desde abajo reclamamos no es tanto lo que no ha hecho la 4T, sino aquello que sí ha hecho, pues pensamos que no apunta en la dirección correcta, ni a mejorar las condiciones de nuestra vida, y no es en beneficio de las grandes mayorías.
Las becas, tandas y préstamos, para jóvenes, adultos y ancianos son un paracetamol, pero todos sabemos que tanto paracetamol también hace daño, corremos el riesgo de no ver avanzar la enfermedad hasta que no hay vuelta atrás.
Los grandes proyectos de desarrollo, el Tren Maya, el Corredor Transístmico, el Proyecto Integral Morelos, las Zonas Económicas Especiales, etc. si bien dicen ser para beneficio de los de abajo, lo cierto es que este tipo de proyectos durante décadas han jodido más a los pueblos, les han quitado sus tierras, su modo de ganarse la vida y trabajar, y a cambio les han dejado contaminación, enfermedades, asesinatos, encarcelados, desaparecidos y en el mejor de los casos empleos precarios y más jodidos que los anteriores. Por eso los pueblos nombran a esos “proyectos de desarrollo” proyectos de muerte.
Tampoco nos parece que vaya en la dirección adecuada el pacto de impunidad que la 4T ha hecho con algunos miembros connotados del viejo régimen, las Gordillo, Los Granier o los Peña y Calderón, es muy claro que en su política de “borrón y cuenta nueva” lo que hay es una traición a la necesidad de justicia. Ya no mencionemos a todas las ratas que al ver hundirse el barco se sumaron a Morena.
La política de seguridad y combate al crimen que impulsa la 4T es más de lo mismo, no hay modo de ocultarlo, es la misma política definida desde el Pentágono y el Departamento de Estado de los Estados Unidos, son los mismos militares, los mismos marinos, los mismos que han dejado una ola gigantesca de muertes y desaparecidos.
La política migratoria de la 4T es tan agresiva como la anterior, muchos más migrantes centroamericanos que son expulsados del país, que son tratados como animales, así como a los mexicanos en la frontera norte, nuestro Instituto Nacional de Migración es cada vez más una caricatura de la patrulla fronteriza de los EEUU. Y podríamos seguir…
Esto que sí ha hecho, no lo que ha dicho o cree la 4T, es contra lo que nos pronunciamos y luchamos. Las banderas de los fifís o de la burguesía no son nuestras. Si ellos acusan a la 4T por incumplir la ley, nosotros queremos destruirla y construir el derecho de los desiguales; si ellos acusan que la 4T es populista e intenta una tibia distribución de la riqueza, nosotros queremos que la riqueza que todos producimos sea de todos; si ellos acusan que la 4T no respeta la instituciones y concentra el poder, nosotros queremos quitarles el poder, destruir sus instituciones y construir el poder de los muchos que abajo somos.