Ante las movilizaciones recientes encabezadas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE),la 4T, incluidos aquellos sectores que se reclaman de izquierda, comenzando por la presidenta, argumentan que «no hay recursos» y que echar abajo la ley del ISSSTE del 2007 significaría una carga financiera insostenible para el Estado, con este argumento buscan convertir un problema político en uno técnico financiero, con esta lógica reproducen una vez más el pensamiento neoliberal que se dedicó a imponer los intereses de los grandes patrones y multimillonarios ocultándolos tras elementos «técnicos» «no políticos”(sic).
Seamos claros, la cuestión de la carga financiera y de los recursos necesarios para establecer un régimen de pensiones solidario e intergeneracional y así lograr una pensión digna, no es, en lo fundamental, una cuestión de técnica financiera sino un problema político, es decir, un problema de poder. ¿Quién tiene el poder sobre los recursos financieros necesarios? ¿Quién tiene el poder sobre los ahorros de los trabajadores? ¿Quién tiene el poder sobre el régimen de jubilaciones y pensiones? Ese tipo de preguntas apuntan a lo central. Y los maestros de la CNTE lo han señalado claramente, gracias a la ley del 2007 el poder sobre los ahorros de los trabajadores lo tienen unas cuantas afores, 10 afores controlan la práctica totalidad de las cuentas de ahorro, unas cuantas empresas privadas propiedad de grandes grupos financieros controlan estos recursos y se enriquecen gracias ello.
El problema así planteado delinea ya la solución. Esta no pasa, en primer término, por encontrar debajo de quién sabe dónde recursos económicos, tampoco por enfrentar la disyuntiva de si queremos dinero para programas de apoyo social y becas o para una pensión digna, no se trata de caer en el juego gubernamental que nos pone a pelear entre nosotros por recursos escasos (en un país tan rico como México hay muchos recursos sólo que mal repartidos). La solución pasa sí, por quitarle a esas empresas privadas el poder de controlar los ahorros de lxs trabajadorxs, por quitar el poder a las afores y sus dueños.
Desde luego las afores, sus dueños, los banqueros y grandes patrones, no permitirán de manera sencilla que se les arrebate tamaña rebanada de pastel (para 2025 los recursos que manejan las afores equivalen al 20% del PIB). La pregunta es ¿cómo logramos arrebatar a los banqueros y afores el control sobre los ahorros de los trabajadores? Responder a esa pregunta nos pone en el terreno de lo político y frente a la necesidad de organizar la confrontación, desplegar la lucha. Esto es lo que ha hecho la CNTE y los contingentes del magisterio democrático, han planteado la confrontación contra las afores y los banqueros, y contra una de las expresiones legales de su poder: la neoliberal ley del ISSSTE del 2007.
Ante esta situación ¿qué haría un gobierno del pueblo? Estaría del lado del pueblo trabajador. No se sumaría a la derecha y la criminalización de la lucha de los trabajadores, no mentiría ni diría medias verdades para atacar a la representación de esos trabajadores en lucha, en este caso a la CNTE. Este gobierno del pueblo, podría, al menos, argumentar sobre pasos adelante y pasos atrás, ritmos y tiempos para la batalla contra el capital financiero, haría pedagogía política para señalar a los banqueros y sus negocios como los grandes parásitos que son en lugar de alabarlos tras reunirse con ellos. Incluso este hipotético gobierno del pueblo bien podría apoyar la movilización callejera de los trabajadores, respaldar su exigencia y sumarse a la confrontación contra los banqueros y las afores. Este gobierno del pueblo, de existir, bien podría aprovechar sus mayorías legislativas y el amplio respaldo popular para avanzar contra los banqueros y sus ganancias, esto en beneficio de ese pueblo trabajador al que dice representar. Si este gobierno fuera antineoliberal bien podría echar abajo leyes neoliberales como aquella que ha privatizado los ahorros de millones de trabajadores.
La lucha del magisterio democrático de la CNTE permite ver de manera clara el carácter del gobierno de la 4T. Sea cual sea el resultado de esta batalla, ya lxs maestrxs nos ofrecen una valiosa lección: puesta a decidir entre los banqueros o los trabajadores, la 4T decide por los primeros. Más allá de las buenas o malas intenciones del gobierno, lo cierto es que sus límites son claros, están ahí donde hay que optar entre los intereses de las mayorías trabajadoras o los de las minorías explotadoras, hasta ahora desde el gobierno, así como lo hicieron los anteriores del PRI y el PAN, han optado por las segundas.
Este gobierno fue elegido por las mayorías pero es al fin de cuentas la representación política de las minorías explotadoras de siempre, por ello hay que exigirle cumpla las promesas que le hizo al pueblo, arrancarle nuestros derechos, esto no sólo es necesario también es posible con organización desde la base, claridad ideológica, movilización y algo de dignidad (por suerte los pueblos tienen mucho de esta). Vencer es posible.
Pd. La lucha que hoy encabeza el magisterio democrático de la CNTE no busca sólo beneficiarles a ellos, la neoliberal ley del ISSSTE del 2007 afecta a todos los trabajadores al servicio del Estado.
Pd 2. En un país tan desigual, con millonarios tan millonarios, decir “no hay recursos” es sólo una forma de defender esa desigualdad.
Pd. 3. Juego peligroso ese de quienes desde la 4T y asumiéndose de izquierda se suman a los ataques contra el magisterio en lucha, con esto fortalecen a la derecha, esa misma que anida y se fortalece también dentro de Morena.
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