Ni marcha de la generación z, ni revolución de colores

Publicado

en

,


Ni marcha de la generación z, ni revolución de colores. Habrá que comprender la marcha del 15N como el escalamiento del golpeteo político de un sector minoritario de la burguesía y grupos reaccionarios que aspiran a representar a este políticamente.

No fue una «marcha apartidista del pueblo y la generación Z», y no lo fue porque la convocatoria y la capitalización de la protesta ha sido dirigida políticamente por sectores burgueses descontentos con el gobierno en turno, ni siquiera guardaron las apariencias, desplegaron una operación mediática (sí mediática fundamentalmente aunque incluyera algunas cuerdas,  martillos y herramienta especializada) antes, durante y después de la marcha para asegurar que serían ellos y no otros quienes se beneficiaran de la protesta, así fuera a costa de algunos detenidos y golpeados.

Desde luego estos sectores burgueses han sabido sumar a algunos segmentos populares,  trabajadores que enfrentan la precariedad de la vida con problemas para acceder a salud y vivienda, grupos de la pequeñaburguesia temerosos ante lo que consideran ataques contra su estilo de vida y hartos de los cobros de piso y las extorsiones, jóvenes que intentan construir futuro ante la violencia y la guerra cotidiana, y algunos burgueses que se permitieron salir a la calle con guardaespaldas y sombreros para exigir más privilegios. Problemas reales, algunos muy graves, fueron el pretexto perfecto para que algunos grandes patrones buscaran, una vez más, rearticularse políticamente

No fue tampoco una «revolución de colores» , como gritan desde grupos afines al gobierno, y no lo fue porque no se buscó un golpe de Estado ni un cambio de régimen, quienes podrían desplegarlo no están interesados, por ahora, en ello.

Ni a los mandos militares, ni a las agencias y gobiernos extranjeros, ni a los sectores hegemónicos dentro de la burguesía les interesa apostar a la desestabilización. El régimen de la 4T ha sido efectivo para ellos, los primeros han gozado de buenos negocios y amplio respaldo político, los gobiernos extranjeros y sus agencias tensionan para establecer aún mejores condiciones de negociación no para romper al régimen. Por su parte, los sectores hegemónicos de la burguesía, nacionales y extranjeros, han visto crecer sus ganancias y asegurado su proyecto de explotación y dominación, ahora con el apoyo democrático de  amplias masas explotadas y dominadas. 

Vale la pena recordar que para ejecutar un golpe de Estado hace falta más que la estrategia de medios y propaganda,  las llamadas «revoluciones de colores» sólo fueron posibles ahí dónde detrás de la estrategia mediática había clases sociales en el poder dispuestas a dar el golpe. 

Desde luego estos sectores hegemónicos dentro de la burguesía hoy con caretas democráticas mañana bien podrían optar por salidas de fuerza nada democráticas o por elegir nuevos gerentes para hacerse cargo del aparato de Estado y el gobierno. Por ahora están contentos con la 4T. 

¿Si no fue una marcha ciudadana y juvenil sin intereses políticos, ni un intento de golpe blando, entonces qué fue? ¿Cómo caracterizar la marcha del 15N? 

Dijimos al inicio que la marcha del 15N habría que comprenderla como el escalamiento del golpeteo político de un sector minoritario de la burguesía y grupos reaccionarios que aspiran a representarlo políticamente. 

Escalamiento en tanto no se trata de un intento nuevo, ya desde el sexenio pasado aparecieron membretes y acciones que buscaron tensionar con el gobierno mientras guiñaban el ojo a los grandes burgueses para asegurar su beneplácito, desde FRENA, pasando por  la Marea Rosa y Somos México, todos fueron intentos por aglutinar a los viejos representantes políticos y a los grupos burgueses minoritarios y descontentos con la nueva gerencia gubernamental.

Por otro lado, aunque no se trata de un intento nuevo si se observa un escalamiento, es decir, aparecen elementos que nos permiten hablar de una profundización, de cierta acumulación de fuerzas, en definitiva de un grado mayor de acción. ¿Cuáles son estos elementos relativamente nuevos en el nuevo intento de la oposición de derecha? Primero el ya mencionado, la capacidad para sumar tras de sí a sectores populares y de la pequeñaburguesia descontentos con la persistencia de varios problemas graves: inseguridad, corrupción, etc. Segundo, el acompañamiento, en redes y TV, de una operación mediática de mayor calado durante todo el proceso, antes, durante y después de la marcha. Tercero, la violencia como elemento central de la puesta en escena, y de la mano de esto, la probable operación táctica de grupos de choque de organizaciones de derecha, que podrían incluir complicidades varias en las fuerzas policiales, esto no sería nada nuevo y podría explicar en parte la facilidad con la que fueron retiradas las vallas y la respuesta agresiva fuera de protocolo de los elementos policíacos. 

Los elementos novedosos presentes en la acción del 15N, el contexto internacional y la situación nacional, incluido un relativo desgaste de la administración gubernamental de la 4T, y desde luego la situación de debilidad de las clases trabajadoras y sus representaciones políticas, nos ponen frente a un escenario complejo.

En lo inmediato se plantea cierta agudización de la polarización discursiva entre el  llamado «prianismo» y el gobierno morenista , polarización que aun con efectos bastante reales sobre el terreno político, se constituye fundamentalmente como puesta en escena, como escenificación, y en esa medida suplanta la confrontación real entre clases antagónicas ( burgueses y trabajadorxs), al mismo tiempo que la muestra así sea sólo de manera profundamente distorsionada. 

Por otro lado, la centralidad de la violencia como parte de este nuevo intento de la burguesía minoritaria y sus aspirantes a representantes políticos, augura mayor criminalización para las luchas legítimas de las clases trabajadoras. Desde el Estado han insistido en ningunear, cuando no criminalizar, señalar o reprimir, a quienes luchan desde los intereses populares, desde abajo y a la izquierda, esto tendrá un impulso mayor con el argumento reforzado de «hacerle el juego a la derecha».

Desde las mayorías trabajadoras nos corresponde agudizar la mirada, y no permitir que los asesinos, corruptos y represores de ayer nos sumen a sus pleitos con los asesinos, corruptos y represores de hoy. La organización y lucha independiente es no sólo posible sino necesaria para imponer nuestros intereses y no los de aquellos que nos usan como clientela electoral o carne de cañón.

Loading