La crisis del agua en México es uno de los temas más comentados del momento. Se debate en medios de comunicación y en las campañas políticas a toda hora. Y no es para menos, es un problema que amenaza la vida de millones de personas. Pero frente al bombardeo constante de fechas y cifras que anuncian el inminente “día cero” (cuando se agotarán las reservas que bombean las redes de suministro), ¿cuáles son las soluciones que propone el discurso dominante en el debate público?
No deja de llamar la atención que los remedios individuales, domésticos, vecinales, siguen siendo las alternativas más sugeridas en los medios de comunicación. Reciclar el agua de la regadera, no lavar el automóvil y ni pensar en regar el jardín (si es que tienes uno) son el tipo de consejos más socorridos.
Incluso cuando lo que hacen los medios es documentar cómo los mexicanos están sobrellevando los recurrentes cortes, la atención se pone siempre en la receta familiar, en el mejor de los casos, vecinal: contratar pipas, recurrir a la llave comunitaria, llenar tambos de reserva cuando sí cae agua…
¿Y las luchas colectivas que se dan en defensa del acceso al agua?, ¿los conflictos vigentes contra empresas cerveceras, refresqueras, inmobiliarias y otros tantos tipos de megaproyectos? Los grandes medios de comunicación, esos que tienen alcance nacional, nunca o casi nunca exponen la lucha colectiva en defensa del agua como una alternativa frente a la crisis.
Y la verdad es que luchar de forma organizada y colectiva contra los grandes beneficiarios del agua en México es la mejor alternativa que tenemos para defender este recurso.
Afortunadamente, en muchos medios locales y alternativos (aquellos que no reciben gigantescas sumas de financiamiento privado que condicionan su línea editorial) éstos procesos de lucha sí son retratados, así como son investigados los proyectos presentes y futuros que amenazan con agravar esta crisis.
Por eso queremos compartir algunas de estas historias para prestar este pequeño espacio a ampliar la difusión y reconocimiento de estos conflictos. Así que aquí van tres casos de interés:
La lucha de Xoco en la Ciudad de México:
Esta es una lucha en contra del desarrollo comercial e inmobiliario que ha encarecido la vida en el pueblo y desplazado a muchos de sus habitantes. Las dimensiones de este conflicto son muchas (costo del predial, ecocidio, reconocimiento de la autonomía del pueblo, entre otros), pero el acceso al agua es un problema de primera importancia.
La lucha de Mexicali en Baja California:
La lucha en Mexicali contra la cervecera Constellation Brands comenzó hace más de seis años. Tras años de lucha, el gobierno federal instrumentó la salida de la empresa del estado, únicamente para trasladarla a Veracruz, donde el saqueo de agua continúa, así como continúa la crisis hídrica en Baja California.
La Casa de los Pueblos Altepelmecalli en Puebla
En 2021, pobladores de la región cholulteca de Puebla tomaron una de las plantas de Bonafont para intentar detener el robo de agua que la empresa realizaba en la región bajo la gracia de la Comisión Nacional del Agua. El plantón fue desalojado casi un año después por la Guardia Nacional. Un claro ejemplo de que el Estado defiende los intereses del capital privado y no tiene reparo en pasar por encima de los pueblos.
https://corrientealterna.unam.mx/territorios/planta-bonafont-puebla/
