El negocio y la industria de la guerra

[AGOSTO 2024]

El capitalismo busca el constante desarrollo de nuevas fuerzas productivas que permitan aumentar la generación de plusvalor y la obtención creciente de ganancias, esto ha llevado a la contradicción actual: las fuerzas productivas del capital son fuerzas destructivas para la humanidad y la naturaleza. Esto es especialmente grave en el caso de las grandes corporaciones militares y sus Estados

Vivimos una época de guerras mediante las cuales los poderosos buscan adueñarse de bienes naturales y  asegurar mejores posiciones en la estructura de dominación y explotación global. La guerra ruso-ucraniana y el genocidio ejecutado por Israel contra el pueblo palestino son los ejemplos más recientes y mediáticos, aunque no los únicos, del papel que juega la guerra y los conflictos armados en el sistema capitalista.

En 2023 el gasto militar creció  6.8% en relación al año previo, alcanzando 2.4 billones de dólares, la mayor cifra desde que se registra,  con ello el gasto militar mundial per cápita alcanzó 306 dólares,  el máximo registrado desde 1990, este gasto por persona llega a los casi 3 mil dólares en Israel o 2,700 en Estados Unidos. Entre 2022 y 2023 todas las regiones aumentaron significativamente su gasto, aun cuando en el mediano plazo, 2014-2023, quienes más han aumentado el gasto militar son Europa 62% y Asia 46%.  Los países que más gastan en la guerra son Estados Unidos, seguido de lejos por China, Rusia, India y Arabia Saudita. China representa actualmente alrededor del 12% del gasto mundial y junto con los EE.UU. , quien representa el 37%, suman casi la mitad del gasto militar global.  Las principales corporaciones militares son de origen estadounidense: Lockheed Martin, Raytheon, Northrop Grum, Boeing, General Dynamics; del mismo modo los principales fondos de inversión y bancos financiadores de la industria militar tienen su sede en el país nortamericano: Vanguard,  State Street, BlackRock,  Capital Group y Bank of America. (SIPRIBancaArmada).

Las pugnas geopolíticas actuales, el creciente poderío económico chino y la aparición de nuevos polos regionales de poder económico y comercial no deben hacernos olvidar algo fundamental: el poder militar sigue altamente concentrado en los EE.UU. y sus aliados/subordinados.

En este boletín proponemos algunas referencias para avanzar en la comprensión de la guerra como un aspecto central del capitalismo, en especial enfatizamos la dimensión económica de la misma. Si bien desde los inicios del capitalismo la guerra ha servido como mecanismo de despojo y apropiación de riquezas, es decir,  como productor de las condiciones materiales «extra económicas» para la explotación,  es en la fase imperialista que la guerra se constituye en un elemento central para la reproducción del capital, adquiere escalas industriales y se convierte en sí misma en espacio privilegiado para la acumulación. Sin dejar de ser una herramienta para establecer las condiciones para los negocios, la  guerra se convierte en un negocio en sí misma

Sea como negocio para las corporaciones armamentistas y de seguridad, como herramienta de despojo usada por Estados y grandes empresas para asegurar acceso a bienes naturales estratégicos y  rutas comerciales, como mecanismo de control sobre el “exceso de población” mediante el genocidio o el encarcelamiento masivo, como proceso de “destrucción creativa” que mediante la destrucción asegura la posterior reconstrucción y con ello los nuevos negocios inmobiliarios a gran escala, o bien como espacio para la inversión de los grandes conglomerados financieros, la guerra es uno de los pilares del capitalismo contemporáneo, del capitalismo imperialista. El negocio de la guerra abarca desde las inversiones públicas y privadas en investigación, desarrollo tecnológico, muros y cárceles,  la creación de nuevos productos financieros para promover el endeudamiento y la especulación, la promoción de productos y enfoques culturales y académicos pro bélicos, el financiamiento a medios de comunicación, el aumento de los presupuestos públicos destinados a las corporaciones armamentistas, el impacto medioambiental de la industria militar, etc.

En las fuentes propuestas podremos observar la centralidad del llamado complejo militar-industrial como uno de los núcleos dinámicos de la economía global. Mediante éste se articulan los Estados y las corporaciones militares privadas que incrementan su peso específico, aparecen actores “no estatales”  o  paraestatales y se desarrollan guerras proxys, se promueven y financian centros y programas de investigación, se reconfiguran cadenas productivas y zonas de desarrollo industrial y extractivo, se amplían los escenarios de la guerra, esta se desborda para abarcar más allá de la confrontación armada inmediata, se definen áreas estratégicas y se reconfiguran regiones completas del planeta para servir como retaguardias, regiones de contención, áreas de influencia o zonas destinadas a la destrucción/reconstrucción. 

Así como la crisis es parte del ADN del capitalismo, del mismo modo la guerra es uno de sus mecanismos “anticrisis”. Mientras la crisis se gesta de manera no tan silenciosa los sectores de la industria bélica se convierten en espacios privilegiados a los cuales recurren grandes capitales “excedentes” que no obtienen las rentas que quisieran en otros sectores económicos. Por otro lado, mediante la guerra el capital promueve la destrucción periódica de aquella riqueza que le resulta superflua, se asegura la desvalorización del capital excesivo según los parámetros y necesidades de la acumulación capitalista, esto es la destrucción o inactivación de medios de producción, la desvalorización de activos financieros y de la fuerza de trabajo, etc.  Con la guerra se aseguran así los nuevos pisos mínimos para recomenzar la producción de plusvalor, la apropiación de más ganancias y sobre todo el incremento de la tasa de ganancia siempre en entredicho bajo el sistema capitalista.  Por más absurdo que parezca la guerra es parte de la estrategia racionalizadora del capital. La cuestión es ¿cuánta destrucción podrá soportar el planeta y la humanidad? 

Ante esta realidad la lucha por la paz sin nacionalismos y xenofobias, sin campismos chauvinistas,  aparece como una necesidad para la supervivencia de los pueblos alrededor del planeta. La guerra contemporánea es una guerra capitalista-imperialista, se origina en el propio adn del sistema, en su lógica de la ganancia sin fin, de la competencia a toda costa, de la concentración monopólica y de la explotación de la humanidad y la naturaleza, por ello luchar contra la guerra y por la paz nos exige luchar contra el capitalismo. Esperamos que los materiales aquí propuestos contribuyan a este objetivo.

¡No más recursos para la guerra, todos los recursos para la emancipación de los pueblos!


Las guerras hoy

“La extensión territorial de las guerras contemporáneas es tan indefinida como la guerra misma y bien se puede caracterizar como una guerra infinita de los grandes poderes y las grandes potencias contra los pueblos del mundo: guerras de saqueo y disciplinamiento. Michael Klare habla de guerras por los recursos que quedan marcando el sentido de devastación que provocan. Guerras concentradas en territorios con enormes riquezas, en mares estratégicos, en sitios con sociedades indisciplinadas o desafiantes, ahí donde se encuentran los yacimientos de agua dulce o donde se puede cortar el paso a los flujos de hidrocarburos… pero guerras sin final visible y que se van extendiendo como gota de aceite. Guerras sin fronteras geográficas, que han roto también los límites seccionales para convertirse en lo que Qiao Liang y Wang Xiangsui (1999) llaman guerras irrestrictas y que traspasan cualquier barrera del derecho internacional.” p. 8

Ceceña, Ana Esther (coordinadora), Las guerras del siglo XXI, CLACSO,UNAM, 2023. Aquí el libro.

 

“Este estudio discute las tendencias sobresalientes demostradas por la guerra contemporánea de estos primeros años de nuestro siglo XXI. Los autores refuerzan las nociones previas de la Guerra de Cuarta Generación, pero lo más importante es que exploran el funcionamiento de los nuevos componentes y cómo estos han modificado la teoría y la práctica de la guerra más allá de las divisiones básicas de la guerra convencional y no convencional como se vio en el siglo anterior. A lo largo de la historia ha habido una estrecha interacción entre la política, la comunicación y los conflictos armados, y una de las principales líneas de investigación de este libro es rastrear los cambios que se presume que han ocurrido en la forma y manera en que se libran los conflictos armados.” 

Simons, Gregory y Iulian Chifu, The Changing Face of Warfare in the 21st Century, Routledge, New York, 2017. Aquí el texto.

 


Guerra y economía

“Aquí finalmente el capitalismo monopolista parece haber encontrado la respuesta a la cuestión “en qué”: ¿en qué puede el gobierno gastar bastante para evitar que el sistema se hunda en el fango del estancamiento? En armas, más armas y siempre más armas. […] Las limitaciones a la efectividad  de los gastos en armamentos como un instrumento de control económico se derivan de la naturaleza de las nuevas armas creadas por la ciencia y la tecnología modernas. […] Este cambio en la composición de las demandas militares significa que una cantidad dada de gastos militares emplea mucho menos número de personas actualmente de las que solía ocupar. En estas circunstancias,  aun incrementos muy grandes en los gastos militares, por muy lucrativos que sean para las grandes corporaciones, pueden tener poco efecto sobre las inversiones y la ocupación. […] p. 17

Paul Baran y P. Sweezy, El Capital monopolista: ensayo sobre el orden económico y social de Estados Unidos, Siglo XXI, 1968. Aquí el libro en español.  

  • Cernadas, Gisela y John Bellamy Foster, “Actual U.S. Military Spending Reached $1.537 Trillion in 2022—More than Twice Acknowledged Level: New Estimates Based on U.S. National Accounts”Monthly Review, Vol. 75, No. 6, Noviembre 2023. Aquí el artículo.
  • Mark Akkerman, Chloé Maulewaeter, Del lobby de guerra a la economía de guerra. Cómo influye la industria armamentística en las políticas europeas, 2023. Aquí el texto completo.
  • Melman, Seymour, El Capitalismo del Pentágono. La economía política de la guerra, Siglo XXI, México, 1972. Acá una breve reseña (en francés). 

“El objetivo de este libro es analizar algunos de los principales aspectos de la economía de la defensa como impulsores de la militarización y la acumulación de armas, que son en sí mismos factores que aumentan la probabilidad del uso de la fuerza armada. Con el fin de introducir una aproximación crítica a la securitización y a la influencia del complejo militar-industrial, ocho capítulos componen el análisis de esta recopilación.”

Calvo, Jordi (editor), Military Spending and Global Security. Humanitarian and Environmental Perspectives, Routledge, New York, 2021. Aquí el libro.


Privatización de la guerra

“Desde el punto de vista de las Corporaciones Militares Privadas (CMP), estas transformaciones significan una evolución del complejo militar-industrial que se consolidó durante la Segunda Guerra Mundial, en el que las empresas se limitaban a proveer de bienes y servicios (sobre todo equipos militares). En el nuevo escenario se transita hacia la articulación de un complejo de defensa y seguridad en que las fuerzas armadas y las corporaciones privadas se complementan y potencian los alcances e intensidad de las operaciones militares. […] Un rasgo cualitativo de esta transformación es que las CMP no sólo son beneficiarias y ejecutoras de las operaciones militares ordenadas por sus clientes, sino que de manera gradual devienen sujetos de los conflictos, cuyas decisiones siguen su propia agenda, al extremo de perjudicar a sus clientes al obtener beneficios por atender solicitudes de los bandos que se oponen en un mismo conflicto.” p. 16-17

Ornelas, Raúl (coordinador), Las corporaciones militares privadas y el gran negocio de la guerra, Akal, IIE-UNAM, México, 2023. Aquí algunos fragmentos.

  • Richard Godfrey, et. al.“The private military industry and neoliberal imperialism: Mapping the terrain”, Organization, Vol. 21, (1), 2014.
     Aquí el texto
    “A pesar del alcance internacional y la creciente importancia mundial de la provisión de libre mercado de los servicios militares y de seguridad – a los que denominamos Industria de la Seguridad Privada (ISP)- los Estudios de gestión y organización aún no han prestado mucha atención a esta industria. Retomando el llamado de Grey (2009) a la erudición en los límites entre los estudios de seguridad y estudios de organización y sobre la base del tratamiento de Banerjee (2008) de la ISP como un elemento clave en el necrocapitalismo, en este artículo nos proponemos trazar la larga historia de la ISP y argumentar que ha resurgido en las últimas dos décadas en contra y como resultado de un contexto político-económico muy específico. Sugerimos entonces que la ISP opera como un mecanismo para el imperialismo neoliberal […]”
  • Avant, Deborah D., The Market for Force. The consequences of privatizing security, Cambridge University Press, Cambridge, 2005.  Aquí algunos fragmentos y por acá una reseña. “En este libro, Deborah Avant examina la privatización de la seguridad y su impacto en el control de la fuerza. Describe el crecimiento de las empresas de seguridad privada, explica cómo funciona la industria y describe su gama de clientes, incluidos estados, organizaciones no gubernamentales y corporaciones comerciales transnacionales. Traza las inevitables disyuntivas que el mercado de la fuerza impone a los Estados, las empresas y las personas que desean controlarlo, sugiere una nueva forma de pensar sobre el control de la fuerza y ofrece un modelo de análisis institucional que se basa tanto en el razonamiento económico como en el sociológico. El libro contiene estudios de caso extraídos de Estados Unidos y Europa, así como de África y Oriente Medio”

Guerra y crisis medioambiental

“Según un informe de 2022 de Scientists for Global Responsibility, la huella de carbono del ejército mundial representa alrededor del 5,5% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. En comparación, la aviación civil representa el 2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. • En términos de consumo de combustible, si las fuerzas armadas del mundo se clasificaran como un solo país, serían el 29º mayor consumidor de petróleo del mundo, justo por delante de Bélgica y Sudáfrica. • Según otras estimaciones del Observatorio de Conflictos y Medio Ambiente (CEOBS) y de Científicos por la Responsabilidad Global (SGR), la huella de carbono militar anual se estima en 205 millones de toneladas de dióxido de carbono  para los Estados Unidos y 11 millones de toneladas para el Reino Unido. En cuanto a Francia, representa alrededor de un tercio de los 24,8 millones de toneladas estimados para la Unión Europea.”

Mark Akkerman, et.al.Le climat, victime collatérale des dépenses militaires. Ou comment les dépenses militaires accélèrent la dégradation du climat, Transnational Institute, Stop Wapenhandel, 2022. Aquí el texto.

“En este informe, se estudian las consecuencias de uno de los factores clave de este incremento del gasto militar global: el objetivo de la OTAN de que todos sus estados miembros dediquen al menos el 2% de su Producto Interno Bruto (PIB) a las fuerzas armadas, y el objetivo relacionado de destinar a equipamiento al menos el 20% de ese gasto. Se examina la historia de este objetivo, la forma en que impulsa el gasto militar, sus efectos en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y probables consecuencias financieras y ecológicas globales durante la próxima década, así como la industria armamentista que se beneficiará de ello.”

Ho-Chih Lin, et. al.El clima bajo fuego cruzado. Cómo el objetivo del 2% de gasto militar  de la OTAN contribuye al colapso climático, 2023. Aquí el texto.


Centros, redes y sitios de investigación

  • Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI).  “El SIPRI es un instituto internacional independiente dedicado a la investigación sobre conflictos, armamentos, control de armamentos y desarme. Fundado en 1966, el SIPRI proporciona datos, análisis y recomendaciones, basados en fuentes abiertas, a los responsables de la formulación de políticas, investigadores, medios de comunicación y el público interesado.” https://www.sipri.org/
  • Laboratorio de Estudios sobre Empresas Transnacionales- OLAG-UNAM,  Proyecto “Guerra y ETN”. “Este proyecto se inscribe en el trabajo del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica (OLAG), que desde hace más de 13 años ha estudiado la trayectoria del capitalismo a través de cuatro líneas de trabajo: 1) economía política de la militarización; 2) corporaciones transnacionales; 3) riquezas naturales y 4) movimientos sociales. La investigación se centrará en el nodo crítico en el que los grandes poderes económicos y militares se encuentran, se cruzan y se complementan […].” https://let.iiec.unam.mx/guerra-y-etn
  • Centre d’Estudis per la Pau “J.M. Delàs”. “[…] es una entidad independiente de análisis de paz, seguridad, defensa y armamentismo dedicada a realizar investigación e incidencia política y social bajo un prisma de cultura de paz, sobre los efectos negativos del militarismo y los conflictos armados. Las principales líneas de trabajo son el comercio de armas, la financiación de la industria armamentista, el gasto militar, las fuerzas armadas, la industria militar, la Investigación y el Desarrollo (I+D) de armas y las operaciones militares en el exterior.” https://centredelas.org/
  • The Forum on the Arms Trade (Foro sobre el comercio de armas).“[…] es  una red de expertos de la sociedad civil y un punto de contacto para fortalecer los esfuerzos públicos encaminados a abordar las implicaciones humanitarias, económicas y de otro tipo de las transferencias de armas, la asistencia en materia de seguridad y el uso de armas.” https://www.forumarmstrade.org/
  • Groupe de Recherche et d’Information sur la Paix et la Securité, “Durante los años 1980, el GRIP se hizo conocido sobre todo por sus análisis y expedientes de información sobre la carrera armamentista, sus mecanismos y sus desafíos. Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, tomando nota del nuevo entorno geoestratégico, el GRIP centró su trabajo en cuestiones de seguridad en sentido amplio y adquirió una reconocida experiencia en cuestiones de armamento y desarme (producción, regulación y control de transferencias, no proliferación), la prevención y gestión de conflictos (particularmente en el continente africano) y la integración europea en materia de defensa y seguridad. ”https://www.grip.org/ 
  • Stop Wapenhandel (Grupo contra el comercio de armas), “[…] es un grupo independiente de investigación y acción con 25 años de experiencia en el campo de la producción y el comercio de armas, el lobby de la industria armamentista y la promoción y financiación de armas. También monitoreamos la militarización de la seguridad fronteriza y la crisis climática. […] Stop Arms Trade quiere una política de seguridad sostenible que no se base unilateralmente en el poder militar y la disuasión. Seguridad sostenible significa: no controlar las consecuencias de la inseguridad con armas, sino resolver las causas de la inseguridad.»  https://stopwapenhandel.org/thema/wapenindustrie-geld-lobby/

Los argumentos del hegemón (EE.UU.)

“La capacidad de la Base Industrial de Defensa (BID) de  EE.UU. para aumentar su producción, satisfacer un aumento en las demandas militares y reconstituirse en un conflicto importante es una prueba clave de su salud y preparación. En la actualidad, las políticas y las inversiones financieras de Estados Unidos no están orientadas a apoyar un ecosistema de defensa construido para el conflicto entre pares. Los responsables de la formulación de políticas de hoy heredaron la base industrial de defensa que los poderes ejecutivo y legislativo moldearon colectivamente durante las últimas tres décadas. Este informe se centra en las formas de reconstruir una BID de EE.UU. resistente y orientada a la competencia estratégica.” p. 9

Vital signs 2024,  National Defense Industrial Association, Abril 2024. Aquí el informe.

“En los últimos años, la base industrial de defensa de EE. UU. ha estado plagada de problemas en la cadena de suministro. Este estudio analiza estos problemas de la cadena de suministro con un enfoque en cómo impactan directamente la capacidad del Ejército de los EE. UU. para entrenar. El análisis incluye un estudio de caso que considera los problemas de la cadena de suministro relacionados con las municiones de calibre medio, que son los cartuchos que se utilizan en muchas armas servidas por la tripulación.”

Paul Santamaria, «El impacto de los problemas de la cadena de suministro en el entrenamiento y la preparación militar”Military Review, julio-agosto 2023. Aquí el artículo.