Releyendo a Marx. Entre el plusvalor y el salario en El Capital

<< ¿No sienten que le pierden? >>, sentenció la compañera al manifestar con pícara ironía una síntesis de las conclusiones a que llevaba la comprensión de la extracción de plusvalía por parte del capital de la fuerza de trabajo en relación con los mecanismos de búsqueda de plusvalía absoluta y relativa, así como la determinación del precio de la fuerza de trabajo y el pago de los salarios en la sesión del círculo de estudios sobre El Capital, como parte de la Escuela de Cuadros de Tejiendo Organización Revolucionaria (TOR).

Rondaban las dos de la tarde en el Pepe Revueltas cuando lectoras y lectores arribaron desde sus diversas geografías para compartir su pensamiento y su palabra sobre el clásico de don Carlos, acompañados de café, té, galletitas, su libro de El Capital y sus notas, convencidas de que el entendimiento de varios pasajes de la obra permite una compresión crítica y más cabal de la realidad. Esta vez tocó leer unos capítulos que abordaron algunas generalidades sobre la extracción de plusvalía absoluta y relativa, así como su relación con el salario. Varias preguntas y rondas de uso de la palabra permitieron esclarecer los aprendizajes fundamentales de la ocasión.

En la sesión, el círculo de lectores conversó sobre la manera en que el capital subordina o domina las fuerzas productivas sociales y naturales, entre ellas las que dan lugar a la productividad del trabajo, y dentro de las relaciones económicas capitalistas le imprime el sentido de generación de plusvalor, por lo cual todo trabajo productivo lo es en la medida que permite generar y extraer plusvalía en los sectores y espacios que sirven para la acumulación. Así, se reflexionó sobre la manera en que la búsqueda de productividad está alimentada del hambre de plusvalía como expresión del fenómeno de la explotación en la subsunción formal y real del trabajo por parte del capital.

Cuando se analizó la manera en que interactúan los factores como jornada laboral, intensidad del trabajo y productividad, fue posible analizar la manera en que fluctúan las magnitudes de valor de la fuerza de trabajo y de extracción de plusvalía, una conclusión fundamental fue que existe una contradicción inmanente al sistema capitalista que impide que crezcan en la misma dirección el valor de la fuerza de trabajo y la extracción de plusvalía. Son mutuamente excluyentes, por lo que en uno de los polos de esta contradicción entre capital y trabajo la balanza se inclinará a uno u otro lado dependiendo de la relación de fuerzas y de la intervención política que se haga en ese ámbito.

En relación con el asunto de la determinación del valor de la fuerza de trabajo, el colectivo siguió con detenimiento la crítica de Marx a la economía política clásica y las distorsiones de la interpretación de la realidad al considerar que el trabajo tiene valor. Recordando las primeras sesiones sobre la teoría del valor, el círculo de lectores recordó que el trabajo vivo es fuente de creación de valor, por lo cual no puede tener valor, no así con la fuerza de trabajo que, como mercancía, es susceptible de que se fije una magnitud de valor de cambio. De ahí la distinción entre la errónea expresión “valor del trabajo”, de valor de cambio de la fuerza de trabajo y precio de la fuerza de trabajo.

Llegados a este punto, las lectoras y lectores de El Capital pudieron comprender que no siempre se paga la fuerza de trabajo por su valor, sino que incide la dominación del capital en su determinación incluso por debajo de su valor, del conjunto de medios de subsistencia o lo que haya tomado producir socialmente esa fuerza de trabajo. De ahí la comprensión de que, si bien en un sentido el salario podría comprenderse como expresión del valor de la fuerza de trabajo, esta expresión está mediada por el dominio del capital y factores de carácter político. Sin embargo, se presenta el salario como si se pagara la fuerza de trabajo por su valor exacto, cuando se paga una fracción de lo que se produce de valor en una jornada de trabajo determinada.

De ahí que también se concluyera que la determinación del salario es una síntesis de la dominación del capital sobre el trabajo, lo que se exacerba con el salario por tiempo y a destajo. En el salario en general y con el salario por tiempo y a destajo, se oculta la relación de trabajo pago e impago que opera en el proceso de valorización, por tanto, la explotación y se pone un velo sobre la visión de mundo del trabajador y su participación de la riqueza producida, generando individualismo, competencia y división entre las y los trabajadores

Con estas reflexiones detrás, el círculo de lectores comentó la realidad nacional de los salarios heredada históricamente por la fase neoliberal del capitalismo, sus peculiaridades, el papel de México en la división internacional del trabajo y la irrenunciabilidad del capital a la extracción de plusvalía y por tanto su rechazo a políticas de incremento salarial sustantivo o de días de descanso o bien su aceptación a regañadientes con la condición de obtener más plusvalor. Con razón el cuestionamiento de síntesis de la compañera.

La plática se puso sabrosa y llevó a reflexiones sobre la necesidad de entrarle al tema de la teoría de la dependencia y la manera en que el concepto de superexplotación está vinculado con los temas estudiados en esta ocasión.

El diálogo y el debate no están cerrados. Seguirá el círculo de estudios trabajando su comprensión del capitalismo en su próxima sesión del 22 de septiembre, del mismo año, en el mismo horario, en el mismo lugar, con la misma gente y, ¿por qué no?, también con otras mentes curiosas que se quieran acercar con la lectura de la sección séptima sobre el proceso de acumulación del capital, capítulos XXI y XX (de este nomás la sección 1).

Ya se había acabado el café y se vaciaba el Foro. Quizás en la mente de alguno resonaba la canción con la que había convocado el otro Carlitos, el Chávez: “El pueblo de este país está harto de ladrones que le roban su trabajo y millones de millones”. Sale. Hasta la próxima.