Los vecinos organizados en la Asamblea General de Pueblos, Barrios, Colonias y Pedregales de Coyoacán, con su lucha contra el proyecto de la empresa Quiero Casa ubicado en Av. Aztecas 215, han puesto sobre la mesa cuestiones fundamentales sobre la lógica dominante de construcción urbana en la Ciudad de México, lógica que privilegia al capital inmobiliario sobre cualquier derecho; ante eso, los vecinos han reivindicado el derecho a permanecer en su territorio y el derecho a la vida mediante la defensa del agua.
Aztecas 215 es un predio ubicado en el sur de la ciudad, perteneciente a la Alcaldía Coyoacán y enclavado en los pedregales de Santo Domingo, un territorio que se construyó colectivamente durante los años 70 por las manos de vecinos y vecinas que llegaron ahí en una ola migratoria. En este espacio de tradición organizativa es donde Quiero Casa, inmobiliaria de los hermanos Shabot, iniciaron la construcción de un proyecto de 377 viviendas. Durante la construcción, estando aun en la cimentación, afloró el manantial somero, millones de litros de agua limpia que los hermanos Shabot decidieron tirar al drenaje, situación que hasta la fecha ocurre.
Desde 2015 los vecinos, con el objetivo de resarcir el daño mediante la recuperación del manantial, emprendieron un tortuoso camino para denunciar y parar la obra. Organizaron un plantón que posteriormente se convertiría en la escuela “Piedra y Manantial”, en la cual semana tras semana los vecinos compartieron y aprendieron de otros procesos de resistencia y organización popular. Escuela y plantón fueron desalojados por la fuerza policial en el 2016.
¿Por qué las inmobiliarias actúan con impunidad? ¿Bajo qué intereses se construye la ciudad? ¿Existen otras alternativas para la construcción de la ciudad? Estas son algunas preguntas que surgen al conocer el proceso de Av. Aztecas 215. De manera breve daremos algunas pistas que permiten explicarnos como se orienta la producción del espacio urbano.
I
El caso de Aztecas 215 es un caso de impunidad inmobiliaria, uno más dentro de la Ciudad de México donde el patrón de crecimiento y de construcción es dictado por el capital inmobiliario. Un proyecto de las características de aztecas 215 de cerca de 400 viviendas requería de una manifestación de impacto ambiental que indicara su factibilidad y un estudio de impacto urbano que indicara las nuevas condiciones urbanas que se impondrán, pensando en los requerimientos de equipamiento, servicios y movilidad de las 377 familias que habitarían. Ambos requerimientos son indispensables para la expedición de una licencia de construcción, estos fueron omitidos por la empresa Quiero Casa. No contar con los requisitos al iniciar la obra es grave, al menos nos habla de las fuertes omisiones de las autoridades al librar la mencionada licencia.
En Aztecas 215 hay un nivel de colusión entre distintos niveles de gobierno, tanto de la alcaldía como de la Secretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda de la CDMX (SEDUVI). Debido a la corrupción, que permitió el inició de la construcción sin la manifestación de impacto ambiental, la empresa Quiero Casa no se percató “a tiempo” de la existencia del manantial que yace en el predio, fue sólo por la movilización de los vecinos, del apoyo de especialistas en geografía y geología que demostraron la existencia del manantial, que las “irregularidades” fueron visibles y orillaron a la cancelación de la obra en 2018. Sin embargo, la cancelación de la obra fue violentada por Quiero Casa hasta llegar a la ocupación ilegal de dos torres del complejo residencial. Pese a la persistencia de las denuncias de la Asamblea, las autoridades no sólo prestaron oídos sordos a los reclamos vecinales, sino que además brindaron apoyo policial a la empresa para continuar las obras.
El capital inmobiliario es cobijado por las autoridades de todos niveles de gobierno, que incluso promueven políticas púbicas orientadas a este tipo de inversiones en otras partes de la ciudad donde también se hacen de la “vista gorda” con los requerimientos indispensables para llevarlas a cabo. Más aun cuando estos proyectos no se han encontrado con una resistencia tan organizada como la de la Asamblea para hacer visibles las irregularidades que existen.
II
La ciudad se construye bajo la lógica del capital, de la mercancía. No hay freno para la especulación inmobiliaria, esta lógica provoca procesos de segregación y expulsión de la población originaria de los barrios populares hacia las periferias. Los patrones actuales de crecimiento de la ciudad dan cuenta de ello, hay un proyecto de privatización silenciosa de la ciudad que se manifiesta en la revalorización del suelo urbano en determinadas áreas, mediante el cambio del uso de suelo para la explotación a través del crecimiento urbano que es visto por el capital inmobiliario como una oportunidad de inversión.
Para la población de origen en las colonias populares este crecimiento urbano es excluyente pues implica un cambio en el valor de la cuentas catastrales, aumento significativo en las rentas, aumento de costo en los servicios y en la vida urbana en general, dinámica que provoca poco a poco la sustitución de la población de origen por la nueva que llega que si puede costear la vida urbana. Doña Fili, compañera de la Asamblea, ha identificado este proceso que inicia en los pedregales como la gentrificación de la que hablan los teóricos urbanistas y geógrafos.
Este proceso de revalorización ocurre en el predio de Av. Aztecas 215 donde en los hechos se cambia ilegalmente la vocación del suelo mediante la sobre explotación de la superficie construida, pues en la carta de uso de suelo de SEDUVI se indica que el predio es H3, es decir se permiten hasta 3 niveles, con un 30% de área libre y con un máximo de 41 viviendas. ¿Cómo es posible que las autoridades no se dieran cuenta de las tres torres de 8 niveles y del terrible daño ambiental de esta obra?
Imagen de la carta de uso de suelo del predio Aztecas 215, aun disponible en la página de SEDUVI: http://201.144.81.106:8080/seduvi/fichasReporte/fichaInformacion.jsp?nombreConexion=cCoyoacan&cuentaCatastral=059_570_12&idDenuncia=&ocultar=0&x=-99.1538925&y=19.3310925&z=0.5
No hay límite en la especulación inmobiliaria, incluso aún con el ecocidio demostrado en Av. Aztecas 215, lo importante ha sido garantizar la ganancia sobre la inversión en el suelo urbano. Además del cambio radical en el uso de suelo, la obra provocó un daño al manantial somero, cuyo perjuicio ambiental es de gran dimensión. El agua limpia, que perfectamente podría ser aprovechada por las colonias vecinas donde escasea el agua, se va directamente al drenaje sin posibilidad alguna de aprovechar su uso, además de las consecuencias para los mantos freáticos pues esa agua del manantial que corría directamente éstos, hoy es drenada, situación que puede provocar fracturas y hundimientos en el suelo.
III
Sin embargo, ante ese escenario de colusión del capital inmobiliario y las autoridades cómplices, los vecinos siguen organizados, dan esperanza y muestran otras formas de construir la ciudad, han levantado un gran frente de solidaridad contra estos proyectos de muerte, con las consignas “el agua es vida y la vida se defiende” y “entre piedras sembramos la esperanza, nadie nos la podrá quitar” han sumado a distintos actores en la defensa del territorio y de los recursos naturales, todos y todas convencidos de la necesidad de una ciudad donde se garantice el derecho de habitarla de manera digna, una ciudad que realmente sea democrática y una ciudad donde se conserven los pocos recursos naturales que aún quedan.
En esta construcción de alternativas, los vecinos y vecinas han hecho vínculos de trabajo y han promovido la participación de investigadores e investigadoras en distintas áreas, algunos han presentado tesis de maestría y doctorado sobre las múltiples aristas de Aztecas 215, profes y profas, estudiantes, compañeras y compañeros solidarios que ponen sus saberes al servicio del pueblo. En este sentido, el 5 de diciembre se presentó el mural que los vecinos y vecinas pintaron en sus calles, un mural que representa la memoria histórica del pueblo en su lucha por la defensa del agua; también el 12 de diciembre se realizó la presentación del proyecto alternativo para el predio de Aztecas 215 «Parque Flor de Agua», un proyecto desarrollado por estudiantes de arquitectura de la UAM Azcapotzalco, que fundamentalmente considera la necesidad de la recuperación del manantial en un predio de uso colectivo y que demuestra que hay otras posibilidades en la construcción de la ciudad mediante intervenciones urbanas que consideren la participación comunitaria.
Finalmente, el caso del predio de Aztecas 215 es un ejemplo de resistencia en la Ciudad de México, los vecinos que conforman la Asamblea han hecho visible un problema estructural de toda la ciudad y sobre todo de los barrios populares: la privatización silenciosa que el capital inmobiliario ejerce sobre el suelo urbano cimentada en grandes daños ambientales. Hoy, después de varios años, los vecinos y vecinas apuestan por construir mediante la organización una ciudad distinta. Los pedregales son para toda la ciudad, un pedacito de esperanza.