Número 31, Año 6, abril, 2019
Llegamos a este Primero de mayo de 2019 con un empuje significativo de los trabajadores de distintas ramas de la producción a lo largo y ancho del país.
Una de las movilizaciones que ha logrado captar nuestra atención es la de los más de 70 mil trabajadores y trabajadoras de la maquila en Matamoros. No deja de sorprendernos el arrojo que tuvieron al enfrentar a sus dirigencias sindicales charras y a la patronal, en defensa de un trato digno a su trabajo.
Los maestros democráticos de todo el país agrupados en la #CNTE, nos siguen demostrando que la organización sindical democrática e independiente es indispensable para enfrentar las políticas neoliberales que se siguen impulsando desde los despachos de gobierno. Ahora, como hace seis años, la chispa de la insurrección magisterial recorre los rincones de nuestro país llamándonos a librar la batalla contra la “nueva” reforma educativa promovida por los organismos internacionales del capitalismo neoliberal.
En la #UAM, la rebelión de las bases trabajadoras nos sigue dando una lección de resistencia y dignidad frente a los oídos sordos y la sinrazón autoritaria de la casta dorada representada por el rector. Culpan al sindicato de no querer ceder en nada, sin embargo, son las y los trabajadores quienes a lo largo de estos casi 90 días de huelga han flexibilizado sus demandas para darle una solución digna a la huelga.
Estimados lectores y lectoras, el común denominador de los tres casos descritos es la lucha por un aumento salarial que permita tener una vida digna. Sin embargo, la política de contención salarial de la #4T solo permite un pírrico aumento que no alcanza ni para completar la canasta básica alimentaria del día. Ya los compañeros del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la unam han estudiado el duro golpe que ha sufrido la clase trabajadora en más de 30 años de neoliberalismo en México. El CAM nos informa de la pérdida del poder adquisitivo real del salario es del 80% desde 1987 por lo que el aumento del 16% en el centro del país, del que tanto se ufana el gobierno, apenas representa una mínima porción de lo despojado en este periodo de tiempo.
No obstante, la miseria y el despojo de la que ha sido objeto la clase trabajadora del campo y de la ciudad, el jefe de la 4T nos pide que seamos prudentes y que no hagamos berrinche ¡que cuidemos a los empresarios! que podemos seguir aguantando la miseria y la humillación de los capitalistas un poquito más, que entendamos que están haciendo su mejor esfuerzo, que los cambios llegarán poco a poco. Pero las y los trabajadores vemos con mayor claridad cuáles son los intereses que animan estas palabras. Esos intereses están íntimamente relacionados con la firma del nuevo Tratado de Libre Comercio (T-MEC) entre Estados Unidos y Canadá, que lo único que busca es profundizar las desigualdades en nuestro país, empoderando a una nueva capa de ricos representados por el empresario Alfonso Romo.
• No se toca la reforma constitucional del PRIAN.
• De ahora en adelante trabajadores y patrones estarán sujetos a igualdad de condiciones ante la ley, cosa falsa en la realidad. El derecho laboral tutelar fruto de millones de muertes en la Revolución Mexicana queda por fin sepultado.
• En está igualdad de condiciones, el antes derecho laboral ahora es un derecho civil, entre privados, en donde la carga de la prueba recae en los trabajadores, por ejemplo: “oye me despediste injustificadamente”, el patrón responderá “compruébalo”.
• El Estado profundiza su intromisión en la vida sindical, atacando con ello no a los charros o sindicatos blancos, sino a los sindicatos independientes que aún sobreviven.
• Otra intromisión es dar a conocer las listas con nombres de los trabajadores que están a favor de la huelga, con el objetivo de criminalizarlos.
De nuevo una reforma que afecta al pueblo y que no es tratada ni construida con él. Una reforma que es apoyada por el líder de la CTM ¿será positiva para los trabajadores? Lo dudamos. Nada se dice sobre el outsourcing, nada para asegurar los derechos laborales mínimos, nada para disminuir la jornada laboral.
De lo anterior expuesto, lo único que podemos concluir es que los despreciados, explotados, despojados y reprimidos de siempre somos y seremos las y los trabajadores del campo y de ciudad. Ese es nuestro destino en el sistema capitalista neoliberal, la única alternativa que tenemos es la rebelión desde las bases, organizarnos con independencia del poder de arriba, construir el poder de los de abajo, el poder popular que luche por la vida.
Nos imaginamos un mundo nuevo, en el que quepan muchos mundos. Uno en el que la vida digna de las y los trabajadores del campo y de ciudad sea el máximo de los valores a conquistar. Este mundo nuevo viene de la mano de cada uno de los hombres y mujeres que día a día luchan desde sus trincheras contra el capitalismo neoliberal y sus impulsores, sean del color que sean.