Reestructuración, cooptación y desmovilización: el gobierno de la 4T en la CDMX

A seis meses del cambio de gobierno y del inicio de lo que parece anunciarse como una nueva era en la historia del México, la también llamada 4T, a pasos lentos pero seguros nos deja ver cual será su política a seguir en lo que resta del sexenio en la recién nacida CDMX, que de reciente no tiene más que el nombre. Si prestamos un poco de atención a lo que el presidente ha dicho en las famosas mañaneras pero sobre todo a lo que acontece a nuestro alrededor, cuando vamos al mercado, a nuestros trabajos, a nuestras escuelas, cuando viajamos en metro o en el microbús, parece ser que la línea general del gobierno en la ciudad será 1) reestructurar el territorio para fragmentar y tener un mejor control, 2) cooptar a intelectuales, académicos y gente interesada en la transformación social, para así legitimar el proyecto de gobierno de la cuarta transformación, y 3) desmovilizar esfuerzos de organización colectivos e individuales que han sido críticos con el gobierno. Veamos cada uno de estos puntos con más profundidad.

Reestructuración territorial

Desde el proceso de transición, el gobierno de la 4T anunció una serie de políticas y programas sociales para enfrentar los problemas de educación, vivienda, trabajo, salud, entre otros, que se extenderían de manera paulatina a lo largo de todo el país. En el caso de la CDMX algunos de los programas proyectados son Coinversión para la inclusión y el bienestar social, Comedores comunitarios, Comedores públicos, Financiamiento para la Asistencia e Integración Social, Mejoramiento barrial y comunitario, Pensión alimentaria para adultos mayores de 68 años, Atención integral a personas integrantes de poblaciones callejeras, Uniformes y útiles escolares gratuitos, y Ciudad hospitalaria y movilidad humana. A estos hay que sumar los programas federales de becas y universidades que aunque en apariencia “resuelven” una parte de las necesidades reales de la población, no solucionan el problema de fondo, entonces, usted se preguntará, si no están hechos para solucionar problemas, ¿para qué sirven? De manera muy general, todos estos programas sociales tienen el objetivo de generar una base social sólida que se refleje en votos en la elecciones de 2021 y 2024. A la par de estos programas, está la propuesta de dividir las alcaldías de Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero e Iztapalapa, según lo indica el artículo 22 transitorio de la Constitución Local. Aunque todavía no hay un acuerdo e incluso se han propuesto hacer foros y consultas para tomar una decisión, lo que se halla detrás de estas propuestas de reorganización político-territorial es una política de fragmentación que desarticule procesos y que a su vez permita un control mayor de la población chilanga, pues éste no sólo será por medio de los programas sociales sino también mediante la división territorial, hay un dicho que dice “divide y vencerás”, y parece ser que este nuevo gobierno se lo tomó muy enserio.

Cooptación

Hay otro dicho que dice “si no puedes con el enemigo, llévatelo” ¿o cómo era?, y es que parece que el gobierno de la 4T no sólo quiere dividir sino que en el proceso de instauración de su proyecto de gobierno en la CDMX, ha echado a andar una clara política de cooptación a varios niveles. Uno de ellos es el de los intelectuales progresistas y de izquierda para que ocupen cargos medios y altos dentro del gobierno a nivel federal y local; un ejemplo de ello es Rosaura Ruíz, doctora en ciencias biológicas por la UNAM, fue directora de la Facultad de Ciencias y actualmente es titular de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Otro nivel es el de los individuos organizados en colectivos o en pequeñas organizaciones que frente a la precarización laboral y ante la necesidad económica y profesional, han sido contratados para participar y dirigir algunos proyectos como el de Pilares en la CDMX.

Esto, más que una condena, merece una atención seria que no sea moral sino política, pues esto que en apariencia pareciera inofensivo, oculta varios procesos, como el de la desvinculación de estos individuos de los procesos en los que participaban para trabajar ahora en proyectos gubernamentales que responden a un proyecto político en el que los márgenes de acción son limitados si hablamos de una verdadera transformación social. Entonces, usted se preguntará nuevamente, si no es para transformar de manera real las condiciones actuales del pueblo a través del conocimiento, ¿para que contratar a gente con doctorados que además se interesa por el cambio social? Todos estos individuos importantes de la academia y de la investigación con un alto compromiso social, son integrados a distintos niveles de gobierno con el objetivo de legitimar el proyecto general de gobierno, en este proceso, estos cuadros terminan encerrados en lógicas burocráticas y sus aportes sociales son mediatizados, aislados y limitados por el poder político y económico local y federal.

Desmovilización

Y finalmente, la pieza que hace que el proyecto político de la 4T funcione adecuadamente es la desmovilización social. En el caso de la CDMX, los engranes de esta rueda son todos los programas sociales que, además de ser la fuente de una amplia base social para Morena, son una medida de ataque directo a las organizaciones sociales que durante décadas ha luchado en la ciudad para obtener recursos para la obtención de ciertos servicios como vivienda, educación y salud. Ejemplos de esas organizaciones son la Organización Popular Francisco Villa de Izquierda Independiente, que ha luchado por viviendas dignas en zonas marginadas de la ciudad, o bien el Movimiento de Aspirantes de Educación Superior que se conformó como respuesta al rechazo de miles de jóvenes a la educación superior y que ha logrado que muchos jóvenes rechazados por las universidad puedan acceder al derecho a la educación superior. Otro ejemplo reciente es el movimiento de damnificados del multifamiliar Tlalpan, que después del sismo del 19 de septiembre de 2017, comenzaron a organizarse para recuperar sus viviendas. Hoy, frente a todos los programas sociales del gobierno, todos esos movimientos parecieran innecesarios, pues si hoy el gobierno va a construir escuelas, eliminar el examen de admisión, dar becas de capacitación, becas para estudios, etc., ¿que sentido tendría organizarse para luchar?, bueno, organizarse sirve para obtener lo que por derecho nos corresponde y señor, señora, señorita, lo que por derecho nos corresponde no son becas de 3600 al mes o créditos para viviendas impagables, o universidades donde se nos prepare para ser técnicos en ramas que sólo sirven al interés del capital.

Esto es lo que hoy vemos, pero aún queda 4T para largo y habrá que seguir pendientes de sus pasos. Habrá que ver que tanto pueden incidir en la transformación social todos los científicos que hoy forman parte del gobierno; ver que pasa con las inmobiliarias en la CDMX, con las ZODES y los procesos de gentrificación, con la contaminación, ¿se dividirá la alcaldía de Iztapalapa? ¿de verdad ahora todos los que queremos estudiar tendremos acceso a la educación? ¿Se acabará la inseguridad en la ciudad así como se acabó el neoliberalismo en México?



La educación en la 4T

Se ha echado a andar la creación de un ejército industrial de reserva o de trabajadores temporales

La 4T en la CDMX

Reestructuración, cooptación y desmovilización: el gobierno de la 4T en la CDMX